Donald Trump preparó al cierre parcial de las fronteras del país y ordenó la producción de equipo médico bajo poderes militares ante la invasión del Covid-19 en Estados Unidos, mientras Washington impulsa medidas masivas de asistencia económica de emergencia.
“Es una guerra… Vamos a derrotar al enemigo invisible”, afirmó el comandante en jefe de Washington en conferencia de prensa en la Casa Blanca. Explicó que estaba por ordenar ayer mismo el cierre parcial de la frontera con México, negar el acceso a todo solicitante de asilo y cualquier persona que intente ingresar de manera no autorizada y regresarlos de inmediato a México, y anunció un acuerdo mutuo para cerrar el tránsito no esencial.
Sin embargo, más tarde fuentes oficiales indicaron que la medida podría demorarse unos días mientras Washington negocia la colaboración del gobierno de México para su implementación, reportó The Washington Post.
A la vez, Trump invocó una ley de defensa que existe desde la guerra contra Corea en 1950, mediante la cual puede ordenar a empresas privadas que aceleren la producción de equipo médico y otras necesidades ante la crisis de salud.
Ante las severas consecuencias económicas de la pandemia, el Congreso aprobó, y el presidente lo promulgó, un primer paquete de asistencia federal con la finalidad de otorgar beneficios de desempleo, pruebas gratuitas para el virus, asistencia alimenticia y médica, así como el pago de días por enfermedad, entre otras medidas.
Al mismo tiempo, avanzó la negociación entre legisladores y la Casa Blanca acerca de un masivo paquete de estabilización económica de aproximadamente un billón de dólares, que incluye todo tipo de medidas de apoyo para diversos sectores, como pagos directos a ciudadanos.
Los más vulnerables son los trabajadores inmigrantes, sobre todo los indocumentados, que no tienen derecho a la asistencia pública ni a beneficios de desempleo y quedarán aún más en situación de precariedad.
Comunidades de inmigrantes temen presentarse a solicitar ayuda médica por el temor que ha generado la persecución antimigrante del régimen de Trump, lo cual tiene severas implicaciones para el control de la pandemia, aseguran expertos médicos.
Este miércoles líderes comunitarios y religiosos de Nueva York y otras ciudades exigieron la liberación de inmigrantes en centros de detención ante la amenaza del virus en esos lugares, así como dar una moratoria de redadas y deportaciones, las cuales han continuado la última semana.
Anoche, la agencia federal de control migratorio (ICE, por sus siglas en inglés) anunció que suspenderá los arrestos, con algunas excepciones, hasta que concluya la crisis sanitaria.
Sin embargo, es inevitable que las repercusiones se expresen en un desplome en las remesas e inversiones en sus países de origen, incluyendo México.