Aunque hayamos tenido la suerte de vivir en un entorno donde podemos desenvolvernos sin la preocupación de que nuestras necesidades básicas vayan a estar cubiertas o no (hecho que muchas veces damos por sentado, sin apreciar la fortuna que representa), ninguno de nosotros es inmune a las adversidades y en cualquier momento podríamos vernos en la necesidad de recurrir a los servicios de alguna organización no gubernamental, llamadas también organizaciones sin ánimo de lucro o de sociedad civil. Pero, ¿realmente podrían auxiliarnos? ¿cómo funcionan?
Desafortunadamente, la injusticia social persiste en el mundo con múltiples escenarios en donde hay pocos recursos, no se respetan los derechos básicos de las personas, no se han establecido formas para controlar la contaminación al medio ambiente, entre otras cuestiones. Entidades como las ONG surgieron a partir de estas problemáticas, pues hubo un momento en que la sociedad civil comenzó a movilizarse para llenar esos huecos. Es decir, las ONG existen para hacer una diferencia tangible y proveer un beneficio real a la sociedad.
¿En qué escenarios entran las ONG? Tienen una gran variedad de objetivos, que van desde la satisfacción de necesidades básicas (como campañas contra el hambre o la escasez de agua) hasta salvaguardar las garantías y derechos básicos de los individuos (organizaciones que se dedican a defender los derechos humanos). Por otro lado, millones de personas en el mundo también dependen del trabajo de las ONG para garantizar un diálogo efectivo con sus gobiernos, transparentando así sus acciones, reforzando los procesos democráticos y construyendo un puente de comunicación entre representantes y constituyentes.
Hasta este punto, podría parecer que el trabajo de las ONG es claro y sencillo: ayudar a la población. Aunque esto es verdad en cierto modo, existen muchos matices que marcan su funcionamiento, pues tienen que considerar múltiples aspectos para llevar a cabo sus actividades y estas complicaciones se deben a que necesitan operar prácticamente como una empresa, con todo el trabajo que implica, pero sin las ganancias. Y esto considerando que existen algunas en donde los medios económicos no representan un problema, como la fundada por Bill y Melinda Gates, quienes han invertido 45.5 billones (sí, billones) de dólares en la misma. Ahora imaginemos cómo se encuentra la situación para las pequeñas ONG que dependen de ayuda gubernamental o de la caridad esporádica de empresarios locales para seguir trabajando, su labor es titánica y muchas veces pasa desapercibida.
La situación en la que se encuentra el mundo actualmente es crítica en algunos lugares, por lo que es importante reflexionar y, en lugar de cuestionarnos la importancia de las ONG, debemos considerar por qué nos estamos haciendo la pregunta. Es común que cuando no tenemos que preocuparnos por lo básico enfoquemos nuestra atención en otra parte, perdiendo algo de sensibilidad y empatía hacia nuestro entorno: las necesidades no desaparecen sólo porque no sean propias. Los problemas no son de todos, pero las soluciones sí, busquemos siempre la manera de encontrarlas.