Tijuana.- Lograr que nuestro Estado sea más competitivo no ha sido tarea sencilla, pese a ubicarnos en una posición geográficamente privilegiada, que conlleva beneficios como el dinamismo económico-tecnológico de la frontera, no hemos logrado posicionarnos por encima de entidades como Querétaro, Jalisco o Nuevo León en materia de competitividad.
Para impulsar el desarrollo económico local, nuestro Estado ha optado por apostarle a la integración de los sectores económico y académico, para fomentar la ciencia, la tecnología y la innovación.
La instrumentación de las políticas de fomento a la vinculación empresarial y al desarrollo de valor agregado de alto impacto se han visto favorecidas de manera exitosa a través de la figura del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología, modelo implantado en otras Entidades Federativas en Dependencias del Área de Desarrollo Económico, decisión que ha redituado en un avance significativo en sus niveles de competitividad.
Uno de los factores clave ha sido la articulación de cuerpos colegiados a través de la sinergia promovida por la Secretaría de Desarrollo Económico, la cual, gracias al perfil de sus funciones, ha permitido la oportuna comunicación con los actores del aparato productivo regional y generado, pese a coyunturas de orden administrativo, una creciente vinculación con los programas de educación e investigación.
Bajo este esquema de gobernanza, donde el liderazgo de la Secretaría de Desarrollo Económico es clave, se ha logrado que universidades, empresas y ciudadanos, impulsen a nuestro Estado en la carrera para atraer mayor inversión y desarrollo a la entidad, con plena sensibilidad social y en concordancia con la cultura empresarial global.
Hoy, ante los cambios que se presentan en materia de política estatal, nos preocupa que los esfuerzos alcanzados se vean amenazados por un proyecto de Ley de Impulso al Conocimiento y a la Innovación Tecnológica para el Desarrollo, que promueve el Congreso del Estado, cuyo proceso de análisis y consulta con el sector empresarial del Estado no ha sido concluido aún.
La nueva propuesta, con la que se busca cambiar el enfoque de las políticas públicas de impulso a la innovación y el desarrollo tecnológico, trasladando la rectoría de la agenda interinstitucional a la Secretaría de Educación y Bienestar Social (SEBS) ponen en riesgo la eficaz dirección de las políticas públicas en materia de actividades científicas, tecnológicas y de innovación; en la correcta administración de los fondos; que actualmente destina el Gobierno del Estado al Consejo Estatal de Ciencia e Innovación Tecnológica (COCIT), ente técnico que asesora en la materia.
Lo anterior nos alarma debido a que, por su naturaleza y propósito, la Secretaria de Educación no posee una visión empresarial y no cuenta con la experiencia y relaciones necesarias para llevar a cabo proyectos de impacto para generar la competitividad y los empleos que los baja californianos legítimamente aspiramos.
Es posible que, durante el proceso de la iniciativa, no se haya tenido suficiente información. Por ejemplo, es esencial subrayar que bajo la administración de la Secretaría de Educación nunca se aportó más de 3 millones de pesos al COCIT, mientras que luego de que SEDECO tomara las riendas del Consejo las aportaciones crecieron a 80 millones de pesos. Con lo que se permitió impulsar proyectos de impacto para el desarrollo regional, como son el Bit Center, el Museo del Caracol, el Museo del Vino, el Centro de Excelencia en Competitividad y Emprendimiento, el Centro de Especialización en Diseño e Ingeniería de Producto para la Industria Aeroespacial de la UTT, entre muchos otros.
Finalmente, es importante establecer que coincidimos con el objetivo de los diputados de brindar mayor apoyo a las universidades e investigadores; creemos que las políticas públicas en materia de innovación y desarrollo tecnológico podrían tener mayor éxito si sumamos más el esfuerzo académico. Sin embargo, creemos que otorgarle la titularidad del COCIT a la Secretaría de Educación sería dar marcha atrás a todo lo que se ha logrado hasta hoy.
Estamos convencidos de que durante los últimos años la SEDECO ha impulsado a empresas a favor de la innovación para que sean motor para la generación de empleos y desarrollo tecnológico. Por lo que la modificación que busca el Congreso del Estado podría ocasionar el desaprovechamiento de los recursos y el estancamiento de la innovación tecnológica y el desarrollo económico de nuestra región.
Ante el reto de posicionar a nuestro Estado en los mayores niveles de competitividad; no puede haber generación de empleos sin innovación y no puede haber innovación sin una visión empresarial que sepa explotar su potencial económico.